No soy ningún experto en análisis electorales ni muchísimo menos, pero creo que no hace falta serlo para saber que éstas elecciones eran una oportunidad para toda la izquierda europea. Una oprtunidad de oro que se ha desperdiciado sin que sepamos muy bien cómo ni por qué.
Sin duda hay muchísimas diferencias entre Estados Unidos y Europa, y aún más entre unas elecciones generales y unas europeas, pero en un momento de crisis global como el actual los problemas se han vuelto similares a uno y otro lado del Atlántico, los discursos por tanto se han ido acercando, el tema de debate es el mismo y las posibles soluciones a la crisis, parecidas -no existen recetas mágicas como las que guarda con recelo Mr. Ansar, sólo políticas, unas u otras, pero todas conocidas-.
Y sin embargo, pese a vivir una situación similar y pese a tener enfrentados en las urnas dos modelos de respuesta similares, la diferencia en los resultados ha sido abismal.
Podríamos pensar que ha dejado de existir una base social de izquierdas en Europa, que Europa es de derechas; sin embargo las encuestas revelan lo contrario. Como era de esperar en un momento de crisis capitalista como el actual los ciudadanos europeos somos más de izquierdas que nunca. Un 70% de los europeos creen que las desigualdades sociales son demasiado grandes y hacen falta medidas redistributivas que las reduzcan, un 64% cree que debe aumentarse la progresividad fiscal y un 76% cree que deben ampliarse los derechos sociales y laborales de los europeos (
Vicenç Navarro, Público). Luego, han fallado los partidos.
Toda ésta gente, votantes potenciales de la izquierda, se han quedado en casa el domingo porque los partidos socialistas europeos no han sabido presentarse como valedores de éstas ideas, porque no identifican en los partidos socialistas, o de izquierdas en general, la capacidad de luchar por éstos valores. Y eso significa que la crisis está en casa.
No se ha producido un trasvase de votos claro de derecha a izquierda. No se trata de que Europa haya optado en bloque por el modelo neoliberal, es más bien que quienes tendrían que haber votado lo contrario se han quedado en casa, o faltos de un referente de izquierdas claro, han optado por opciones minoritarias -antipartidos políticos como UPyD o ecologistas como los Verdes que en Francia ya empatan técnicamente con el PS-.
El PES ha perdido 5,7 puntos respecto a 2004 y el grupo de la Izquierda Unitaria Europea ha perdido un 0,9. Pero el PPE y los liberales han perdido también, un 1,8% cada uno de ellos. Todos éstos votos han ido a parar a opciones alternativas como Los Verdes que han subido 1,7 puntos, la extrema derecha (que una vez más ha logrado crecer en un momento de especial dificultad, apoyando su discurso xenófobo en el miedo de la gente) y otras opciones minoritarias, no adscritas a grupos, que han ascendido en nada menos que 8,2 puntos; Pero, sobre todo la abstención que ha crecido en 2 puntos y el voto en blanco, que se ha doblado con respecto a los comicios de 2.004.
Los votos perdidos por los socialistas de toda Europa han ido a parar a opciones minoritarias, al voto en blanco o a la abstención, pero no han pasado a engrosar las cuentas de los partidos liberales y conservadores europeos. Desde mi modesto punto de vista, éstas elecciones no las ha ganado la derecha, las ha perdido la izquierda. Y eso debe ser motivo de reflexión.
Volviendo a Estados Unidos, si algo ha distinguido la campaña de Obama ha sido su capacidad de ilusionar. El hartazgo en el que Bush había sumido a la sociedad americana durante sus ocho años de gobierno, sin duda ayudó a provocar ese efecto, pero el discurso esperanzador del nuevo presidente, el mensaje de cambio, de fin de las políticas que nos habían llevado a donde estamos... fueron claves en su victoria y en la movilización con la que ésta se produjo.
Aquí la oportunidad que se nos presentaba nos ha pillado en pelotas como quien dice, y no hemos sido capaces de lanzar una campaña global, en clave ideológica -y no nacional- que ilusionara a los votantes. Hemos actuando a sabiendas de que No, we can´t, porque ni nosotros mismos -hablo de Europa- nos sentíamos capaces.
En España hemos perdido, cometiendo muchos errores que quedan para otro día, pero salvando los muebles. Más bien gracias a que gobernamos y no pese a gobernar como están sosteniendo muchos.
Pero en Europa, o nos ponemos las pilas rápido, o ésto se nos va...
"Nunca una noche venció a un amanecer..."