miércoles, 28 de enero de 2009

Educación para el catolicismo. No era esto

A la espera de lo que diga el Supremo sobre las objeciones de conciencia en educación para la ciudadanía, vamos a echar un vistazo al uso que las editoriales afines a la Iglesia Católica hacen de esta asignatura.
Lo publica hoy El País. Son fragmentos sacados del manual de la editorial Casals, en cuya redacción colaboraron miembros reconocidos del Opus Dei como el psiquiatra Enrique Rojas:
Familia: “A cualquier relación la llamamos familia. No son una auténtica familia las parejas de hecho homosexuales; son uniones de hecho respetables, pero no son matrimonio”.
Aborto: “La vida de una persona empieza nueve meses antes de su nacimiento: por eso el aborto y la experimentación con embriones atenta contra las personas más indefensas, negándoles la condición de seres humanos con derecho a la vida”.
Aconfesionalidad: “A veces se interpreta la no confesionalidad del Estado como una prohibición de la religión en la vida pública [...] Esta interpretación hace que a menudo las opiniones de los creyentes sean menospreciadas bajo el pretexto de que responden a convicciones religiosas y, por tanto, no tienen cabida en una sociedad laica. La marginación de la voz de los creyentes es injusta y poco democrática y favorece una imposición ideológica por parte del Estado”.
Género: “La mujer ha sido siempre la que ha transmitido los sentimientos, el mundo de la afectividad... La madre humaniza la familia. Es ella el cemento de unión. La ternura es el ungüento del amor”.
Osea, que una asignatura que ha sido concebida para promover los valores constitucionales más fundamentales y el pensamiento crítico entre los más jóvenes, es utilizada en algunos centros para todo lo contrario: Para resaltar la supuesta desigualdad "natural" entre hombres y mujeres, para negar la idualdad de los matrimonios homosexuales, dando por supuesto que el matrimonio es un valor superior exclusivo de la heterosexualidad, yno lo que la ley diga que es el matrimonio. Para condenar el aborto dando sólo una interpretación sesgada del asunto y para insinuar que la aconfesionalidad del estado es la raíz de algunos problemas de intolerancia. Al final va a resultar que estoy a favor de la objeción de conciencia y no lo sabía...
No puede ser que la polémica creada por la Iglesia entorno a la asignatura sirva para dar luz verde a este tipo de manuales. La asignatura debe enseñar los valores constitucionales, pero sobretodo debe enseñar a los alumnos a pensar y a ser capaces de formar una opinión propia sobre el mundo que les rodea. Y para eso es necesario dar una visión completa de lo que sucede a su alrededor.
No es admisible que haya libros en los que se dé una interpretación sesgada de la realidad, cargada de ideología, que ponga el acento en supuestas diferencias en lugar de ponerlo en la tolerancia hacia la diversidad y en el respeto mutuo. No puede ser que educación para la ciudadanía se convierta en una educación para el catolicismo con la complacencia del Estado. La asignatura parte de la base de que los alumnos deben aprender a convivir con el mundo que les rodea, con la diversidad, que es algo tan inevitable como positivo. Es necesario también explicar todas las posturas que en nuestra sociedad existen entorno a estos temas, algunos de ellos polémicos, para que desde la perspectiva de la tolerancia y el respeto, los alumnos comprendan, debatan y sean capaces de tomar una posición. Pero esto no, esto no era. Esto es, simple y llanamente, adoctrinamiento.
Y echando la vista atrás sobre lo que la Conferencia Episcopal dijo en su momento se encontra de la asignatura... :"Eduacación para la ciudadanía es adoctrinamiento y el adoctrinamiento es el mal". Monseñor Rouco Varela.

1 comentario:

marta dijo...

Cuanta falta haría otro Miguel Hernández ahora,

(ejemplo de archivos en el Colegio de Médicos de Madrid)

Enrique Rojas y sus mentiras como inversión en el centro universitario Villanueva

http://enriquerojaschanchullosymentiras.blogspot.com/2010/05/enrique-rojas-la-mentira-como-inversion.html