jueves, 29 de enero de 2009

EpC y la prueba irrefutable de la existencia de Dios

Corrijo esta parte del post, que ayer me colé! Me había quedado con la copla del día de la sentencia y había dicho que el PP pensaba pasarse la decisión del Supremo"por el forro" y seguir apoyando las objeciones. Ya vimos ayer que esto no va a ser así, que las comunidades en que gobierna el PP ya han manifestado su intención de acatar la sentencia, suponemos que con todas las consecuencias. Así que ahora ya sí puedo decir que me alegro doblemente por la sentencia, porque el Supremo haya avalado la inofensividad de la asignatura y porque la situación de los objetores vuelva desde ya mismo a la normalidad. Y perdón a quien lo haya leído ayer!!
Hablando de las objeciones, hoy me enterado de que en Asturias, el Foro de la Familia ha presentado ante la delegación del Gobierno la friolera de ¡50 firmas! de alumnos de EpC encontra de la asignatura. Bueno 50 fue lo que dijeron en un principio, luego hemos sabido por el consejero de Educación que no eran 50, sino 32. Y bueno, 32 eran las válidas en un principio, porque luego hemos sabido también que no eran 32 sino 3, porque 29 de ellas era de alumnos de otros cursos de ESO que nunca habían dado la asignatura. Increíble pero cierto.

Y para no dejar de lado el tema de Dios, que le estoy cogiendo gusto últimamente. Acabo de leer una carta al director de una tal Isabel, de Barcelona, en La Razón, demostrando la existencia de Dios en menos de 10 líneas. No puedo con la carta enserio, es demasiao buena. Yo creía que aquello de: "Dios es perfecto. Si no existiera no sería perfecto, luego Dios existe", de Sto. Tomás de Aquino, era absurdo, pero es que esto ya me supera.

Dios sí existe


Resulta llamativo el derroche de medios humanos, económicos y logísticos empleados para informar de la no existencia de Dios. Curiosamente, lo nombraron con la misma voz que todos usamos como propia de él, mediante la cual lo reconocemos, y que no habría surgido nunca si no existiera. Lo que no existe carece de nombre y precisamente nombramos aquello que, de un modo u otro, conocemos o podemos definir.
Es la voz que sirve también para incluir en el diccionario y es siempre el referente adecuado al elemento vehicular claro para todos. Si una persona o cosa ni existe ni ha existido nunca es pura necedad atribuirle un nombre.
La insatisfacción íntima se manifiesta de las formas más absurdas.


Y que lo diga...
Lo que no me queda claro del todo es cómo sucede esto. No sé si es que al intentar pronunciar el nombre de algo que no existe de repente se te sellan los labios y eres incapaz de articular palabra, o es más bien que si nombras algo que hasta el momento nunca había exisitido de pronto cobra forma y aparece ante tus ojos...
Aver... ¡¡billete de 100.000 euros!! Bah... ni lo juno ni lo jotro

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